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指賴清德「鼓吹新麥卡錫主義」 藍委:台灣距離戒嚴只差一步?

El presidente de Taiwán, Lai Ching-te, anunció el 13 de mayo que restauraría el sistema de juicio militar y devolvería a los jueces militares a la primera línea. Sin embargo, la diputada del partido Kuomintang, Hsu Yu-chen, criticó al Partido Democrático Progresista por ser extremadamente desesperado en su esfuerzo por la gran destitución. Primero, hicieron trampa al iniciar la recolección de firmas antes de tiempo, luego el líder del partido, Ke Chien-ming, lideró el boicot al proceso de aprobación del presupuesto en la legislatura. Ahora, el Partido Democrático Progresista está haciendo campaña en las aldeas y el primer ministro sirve como un “ayudante de campo” en todas partes. El acto final es que Lai Ching-te está promoviendo el nuevo “macartismo” y utilizando la restauración del sistema de juicio militar como excusa para aumentar el temor del pueblo hacia el color rojo. ¿Será el próximo paso restaurar el artículo 100 del Código Penal? ¿Está Taiwán a solo un paso de la ley marcial?

Esta situación es preocupante y nos hace cuestionar las verdaderas intenciones del Partido Democrático Progresista. ¿Están realmente tratando de proteger la democracia y los derechos humanos, o están utilizando estas medidas extremas para alcanzar sus propios objetivos políticos?

La gran destitución es una herramienta democrática importante para responsabilizar a los funcionarios electos y garantizar la integridad del gobierno. Sin embargo, el Partido Democrático Progresista ha abusado de su poder y ha socavado la integridad del proceso al hacer trampa y boicotear el proceso legislativo.

Ahora, con la restauración del sistema de juicio militar, el gobierno está tratando de crear un clima de miedo y paranoia en la sociedad. Al utilizar el término “nuevo macartismo”, están insinuando que cualquier persona que se oponga al gobierno es un “comunista” y un enemigo de la nación. Esto es extremadamente peligroso y va en contra de los principios democráticos de libertad de expresión y pensamiento.

¿Qué sigue después de esto? ¿La restauración de la ley marcial? ¿La represión de cualquier voz disidente? Esta es una clara violación de los derechos humanos y nos hace cuestionar si Taiwán se está moviendo hacia una dictadura encubierta.

Es hora de que el Partido Democrático Progresista detenga su juego político y se enfoque en gobernar de manera democrática y justa. El pueblo de Taiwán merece un gobierno que respete sus derechos y libertades básicas, no uno que utilice tácticas manipuladoras para mantenerse en el poder.

Esperamos que el pueblo de Taiwán se mantenga unido y luche por la verdadera democracia y la justicia. No permitamos que la política se interponga en nuestro camino hacia una sociedad justa y libre. Unidos, podemos superar cualquier obstáculo y lograr un futuro mejor para todos. ¡Juntos, podemos construir una Taiwán verdaderamente democrática!

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